En estos casos los intérpretes, sentados en
una cabina con vista al público y al orador,
escuchan y traducen inmediatamente por un micrófono
el discurso al idioma meta. Se requieren dos intérpretes
en la cabina, los que se van turnando cada 15 minutos.
Es la más ampliamente utilizada hoy en día
debido a que permite una mayor fluidez al ser más
inmediata y discreta en comparación con la
traducción consecutiva.